el papel pintado se desprendia de las paredes en forma de sucios girones de tejido, desde el suelo donde estaba sentado podía ver las sombras que se producían con la luz de las farolas que entraba de la calle.
apoyando la cabeza contra la pared una vez más, exhaló un suspiro, iba a ser una noche muy larga.
dieron las dos y las tres de la madrugada, pero nada pasó en todo aquel tiempo, el espectro al que había venido a visitar no aparecía.
en el barrio había rumores de que la casa estaba encantada, cuando su primo se lo comentó decidió al instante que tenía que visitarla, una cosa así no pasaba todos los días.
por eso se hizo con su equipo de registro de cacofonías, la cámara de video, la de fotos, una linterna, una manta y a los pocos días se decidió finalmente a hacerlo.
así que allí estaba, muerto de frío, y el fantasma no daba señales de vida, nunca mejor dicho.
sacó de la mochila el termo con café que había decidido traer a última hora (y menos mal) se acercó el vaso a los labios, y fué entonces cuando lo oyó, tan solo un susurro en su oído:
...te estoy observando...
el vaso cayó al suelo y su contenido se extendió por la polvorienta moqueta a sus pies.
de un brinco se levantó, retrocedió hasta toparse de espaldas con la pared opuesta.
...no deberías haber venido...ya nunca te marcharás...las ventanas se cerraron con un portazo y la luz desapareció casi por completo de la habitación, la única iluminación provenía de la linterna que había traído consigo y que yacía en el suelo.
se apresuró a cogerla, pero mientras la levantaba del suelo el haz de luz destacaba una figura que antes no había estado ahí, desde sus pies descalzos, a la cintura cubierta con un vestido antiguo, hasta llegar al rostro, donde su mano paró y su respiración se interrumpió por un momento.
sus gritos fueron lo único que se oyó.
años más tarde, en el barrio todavía se comenta que la casa esta embrujada, se dice que dos fantasmas la habitan y que por las noches llaman a la gente, atrayéndolos hacia su final.
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perdón, ya se que no da miedo, pero quería probar a escribir algo distinto por una vez.
