Nochevieja 07 (y van dos)
Bueno, despues de un día bastante duro, que me ha dejado hecha polvo, por fin he decidido colgar la segunda parte de nuestras desventuras de nochevieja, por cierto, debo decir que he intentado ser precisa en el orden de los acontecimientos y he fallado, de manera que espero que quien sí sabe en que orden sucedió todo me perdone las imprecisiones que pueda cometer al contar todo lo que nos pasó aquella noche (que fueron muchas cosas).
Creíamos haberle dejado a los aprovechados aquellos atrás, pero nos deparaban más sorpresas.
En algún momento de la noche pensé que éramos las únicas solteras de la fiesta, porque me sentí como un filete en una convencón de glotones.
Por poner un ejemplo, estábamos bailando y podía ver con el rabillo del ojo a un tipo que debía llevar ya dos copas de más y cada pocos segundos hacia un amago de acercarse a nosotras, pero en el último segundo daba la vuelta y volvia a la barra, así 5 o 6 veces.
Mas tarde, cansadas del vaiven del tio aquel salimos a la barbacoa a descansar los pies en unas sillas de plastico baratas y al poco rato aparecieron un grupo de 4 o 5 tios que se sientaron cerca de nosotras en la mesa, uno de ellos cogio la bandeja de pates y se las ofrecio a sus amigos, que no solo la rechazaron sino que casi lo tiraron todo al suelo (ahi ya me figuraba que yo no era la unica que habia empezado el año nuevo con vodka...) entonces el chico nos miró muy serio y nos ofreció la bandeja a nosotras.
Le dijimos que no.
Nos la volvió a ofrecer, empujándola un poco mas hacia nosotras.
Le volvimos a decir que no.
Otro empujon.
Que no, coño.
Empujoncito.
La bandeja cargada de pates empezaba a balancearse al borde de la mesa, y parecia dudar de si quería caer subre mi vestido nuevo, o permanecer en su sitio. El chaval decidió por ella y alargó la mano para moverla un poco mas, con lo que en ese preciso instante me levanté y entramos a la sala, que bastante me habia costado encontrar el vestido, leñes. Ignorando las señas que nos hacia el rubito que nos ofreció el pate para que volvieramos a sentarnos y nos quedaramos con ellos.
Es sabido que en las fiestas de nochevieja la gente sale de sus madrigueras y puedes encontrar fauna de todo tipo pululando por la pista de baile, uno de los mas temidos es el sobador nocturno.
El sobador nocturno actua con premeditacion y alevosia, se aprovecha de la poca iluminación, la música estridente y los efectos de la barra libre para atacar a sus presas.
Veamos un ejemplo:
La señorita S, de profesion estudiante, y de estado civil soltera, disfruta de la fiesta bailando con su amiga en la pista cuando nota algo que le roza casi imperceptiblemente la nalga izquierda, se gira y solo ve a un chico bailando inocentemente con sus amigos. Vuleve a lo suyo.
Pocos segundos despues lo nota otra vez, y otra, pero no le da importancia, cosas del baile y la aglomeracion de gentes.
Poco mas tarde vuelve a notarlo, pero esta vez un poco más consistente, ahora si que ha sentido una mano pero aún no sabría decir si ha sido accidental o no. Cuando finalmente le pellizca el culo, se da cuenta de que accidental, lo que se dice accidental, no parece que sea.
Lo positivo del sobador noctuno es que no esta interesado en la persecución, y si te esfumas no te seguirá.
Bueno, no quiero cargarlo demasiado, pero la verdad es que me quedan bastantes mas anécdotas que contar, y continuar la historia de los de la orgia y los del paté, que no quedó ahí la cosa.
pero será ya otro día.
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