Semana Santa, y yo sin caramelos.

Bueno, bueno, bueno...
Ya estoy de vuelta tras lo que ha sido una semanita movidita.

El martes fue mi último día de clase antes de vacaciones de semana santa, y vaya manera de terminar, nada más salir de clase agarré del brazo a una amiga que nunca había ido a paellas (que para quien no esté familiarizado con el termino diré que es una sepecie de macrobotellón universitario) y la arrastré a las que se estaban realizando. ¿que mejor para decir adios a las clases por dos semanas que rodearte de borrachos, basura esparcida por el suelo y música a un volumen indecente?
Así que cuando volví a mi casa, tras quitarme el olor a borracho de encima, salí a la calle de nuevo para ver a una amiga que salía de costalera en una procesión (besitos Ire!!!)
esta vez Laura y yo conseguimos sitio en primera fila, así que yo me hice alguna ilusión de que nos dieran caramelos. Mi gozo en un pozo. Solo me dió un niña un puñadito de cuatro caramelos, claro que lo de Lau fué peor que solo le dió un niño un triste caramelo.

Y todo esto por falta de planificación estratégica, culpa mía, lo debo reconocer, y es que justo antes de nosotras se había olocado una señora con un bebe en brazos...o_O es decir, un agujero negro para los caramelos, todo el que pasaba le daba caramelitos al bebe y de nosotras pasaban como de la mierda... Y nuestra situación solo empeoró cuando un rato después se nos puso un niño pequeño a la derecha...Estábamos atrapadas en un cerco de dulzura que nos mantenía alejadas de los caramenlos, ¿o sería que todavía olía a borracho sudao? No, Laura me hubiera dicho algo...

Mi miércoles no mejoró mucho, un año más, para variar, me despertaron para llevarme a limpiar las cruces que esa misma noche sacaríamos de procesión, ignorando por completo mi alergia al polvo, motivo por el cual llevé todo el día la nariz hecha polvo...bueno, moquillo más bien. Y ya entrada la noche me armé con mis tacones, el móvil, y varios paquetes de pañuelos de papel, para salir a desfilar cargada del estandarte. Pasaron varias cosas de índole muy personal que no escribiré por no saber a ciencia cierta quien puede estar leyendo esto... lo que si puedo decir es que parece ser (yo aún no lo tengo muy claro) que me tiró los tejos un chaval más joven que yo con aires de grandeza... Un coñazo, vamos. Lo único bueno de toda la noche fué volver a casa y encontrarme a mi madre haciendo churros y chocolate!!!

Ayer mismo estaba tan cansada que no quería salir de casa, ¿como pasaría todo? no lo sé, pero acabé saliendo de mi casa a media tarde y volví ya cenada a eso de las 11.30. Cosas de la vida. Eso sí, me enteré de unos cuantos cotilleos sabrosos de Ire y su novio (ya te contaremos esta tarde Lau... que hay que ver como está el panorama...)

Y todavía quedan procesiones por salir, no se yo si sobreviviré a estas fiestas, con lo bonito que es quedarse en casa a dormir...lo que me recuerda que debería estar estudiando...ejem, ejem...

pues ya os escribiré si hacemos volcar un trono o algo, o si le robamos los caramelos a algún niño, que es más probable.
Ciao!