mi yayo
de vez en cuando me acuerdo de tí, aunque ni siquiera recuerdo en que día moriste, ni hace cuantos años, y siento una mezcla de culpa y nostalgia.
tu cara la ha difuminado el paso del tiempo, tu sonrisa me resulta inapreciable, tus palabras resuenan vagas en mi memoria y las cosas que me enseñaste ya las olvidé hace mucho.
sin embargo...tus actos perduran sobre todo lo demás, se trata de recuerdos sencillos, pero poderosos; imágenes que me traen tu aroma de cuando en cuando.
esas cosas sencillas que solías hacer conmigo, y cuando me paro a pensarlo...NADIE me trató jamás como tú lo hacías, como algo más que una cría: recuerdo que me enseñaste a jugar a las cartas, jugábamos cada noche, cuando tú llegabas a casa, antes de que vienieran mis padres a recogerme.
también recuerdo estar tirada en a cama mientras tu me contabas un cuento, cuando era más pequeña.
cuando te fuiste te buscaba por todas partes, y creía encontrarte, dentro de un coche que pasaba, por la calle de espaldas, a lo lejos, en gente que llevaba tu ropa, en una persona que veía pasar por el rabillo del ojo...pero nunca eras tú, y dolía.
solo guardo una foto tuya, esta desenfocada igual que ciertas partes de mi memoria, es todo lo que me queda de tí, y te hecho de menos.
¿porqué lloro cuando pienso en tí? no importa cuantos años hayan pasado todavía ahora, escribiendo, no puedo evitarlo, se me hace un nudo en la garganta y se me humedecen los ojos.
tu nieta, que todavía te quiere.
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