the power of the goddess

la diosa del sol me da fuerzas para seguir caminando, aunque no se a donde me dirijo ni por que motivo...sigo adelante

martes, agosto 22, 2006

el acordeón

Yo iba tan tranquila, sin ofender a Dios ni a la humanidad, sentada en el autobús con mis auriculares puestos tarareando en mi cabeza: *ar yu japi nauuuu, ar yu japiiiiiiiiiii...*
cuando escucho de fondo un sonido que me perturba y no me permite concentrarme en mi melodia: "amome...amome mushooooo...lariro lariro lariro larirorara "

???

Me giré en mi asiento y descubrí a la fuente de todo mal, digo, del sonido aquel: era una mujer de unos 50 y tantos años, despeinada y con cara de faltarle un hervor, sentada en el asiento detras del mío pero al otro lado del pasillo, y justo a su lado había un bulto que no podía ver bien sin resultar descarada (yo: modosa y recatada) pero que a grandes rasgos parecía su equipaje de mano.

A los 30 segundos dos cosas ya me habían quedado claras: que la mujer no se sabía la letra y que:
a) iba como una cuba a las 8 de la tarde
b)le faltaba un hervor y una pechiná de verdad de la buena.

De manera que me apretujé los auriculares contra los oídos e intenté concentrarme en lo mío... en vano, porque la mujer decidió que su melodiosa voz podía no llegar a todos los pasajeros (estamos hablando de un autobus tipo gusano, de esos que parecen dos juntaos con cinta aislante) y echó mano del bulto misterioso que, como todos ya habreis deducido, se trataba de un acordeón.
Tocando a menos de un metro de mis oídos.
Joder.

Decidí que un poco de música que no saliera de mi reproductor no podía hacerme daño (bueeeno, técnicamente sí, pero yo soy de letras y puedo hacerme la tonta) y me quité los auriculares para evadir la mente con un poco de lectura.
Ni que decir tiene que el resto de pasajeros estaban flipando en colores lo mismo que yo, sobretodo porque estuvo tocando la cancion durante 15 min consecutivos, una vez, y otra vez, y otra vez...y cuando parecía que paraba...seguía como si tal cosa.
Ya estaba yo calculando la manera de que le entrara el acordeón por el culo cuando se hizo el silencio. ??? ... y empezó otra vez. (eso sí, la melodía era otra) pero decidió cambiar de escenario, porque se levantó y se trasladó a un asiento libre que había en la parte de delante, con el autobús en marcha y todo (a lo que, por cierto, estabamos todos pendientes de si se hostiaria al tomar la rotonda).

Mientras pensaba si bajarme a medio camino y continuar a pie campo a través (tengamos en cuenta que el trayecto era entre ciudades) se calló. procuré no sentir demasido alivio, la decepcion puede ser una cosa muy mala...pero parecía que de verdad había parado así que saqué la cabeza para comprovarlo y entonces todo me quedó muy claro: mano alargada y tintinear de monedas, y lo mas increíble: la gente le estaba pagando!

Al salir de mi estupor pude observar con horror que avanzaba poco a poco hacia mí, pasando la mano por cada uno de los asientos; de pronto me sentí de vuelta en el colegio, cuando la profesora preguntaba uno a uno y sabes que te va a tocar, y no tienes ni puta idea porque ayer en vez de estudiar estabas jugando al sonic, pero ta va a tocar igual.

En medio de mis cavilaciones descubrí que era normal que la mujer no se supiera la letra, no era española, parecía pedirle a una señora (dos asientos por delante de mí!) unas monedas en Rumano o Ruso, vete tu a saber...¿rumanos?¿rusos?¿europa?, entonces me asaltó la inspiración, ¿como no lo había pensado antes? lo que tenía que hacer era usar mi técnica patentada de hacerme la sueca.

Me agarré fuerte al libro que antes no me habían dejado leer y lo convertí en la cosa mas interesante de todo el autobús, codo apoyado en la ventanilla y mirada hacia abajo. y entonces me tocó el turno, podía sentir el sudor resbalando por la frente pero no debía levantar la cabeza, si la miraba, si reconocía su existencia, estaba perdida.

y no es que sea una tacaña redomada, es que solo me quedaba 1 euro y tenía que coger otro autobús al día siguiente, de hecho en otras circunstancias le hubiera dado 20 euros por la promesa de dejar de tocar y callarse, pero continuemos con el relato: mi técnica resultó y me paso de largo tras contemplarme unos instantes, claro que los que iban detrás de mí no tuvieron tanta suerte.

Jamás había visto a la gente bajar tan rápido del autobús cuando por fín llegamos a la parada.

2 Comments:

At 8:17 p. m., Anonymous Anónimo said...

madre mia, mira que le tengo a mi madre que con el acordeon no, que a pedir con las rosas pero no hay manera... en fin... :D :*

 
At 10:26 a. m., Anonymous Anónimo said...

tia, q fuerte. eso solo te puede pasar a ti,pq vamos.....

por lo menos tuviste un viaje ameno y divertido,jejejej =) y seguro q no se te olvida.

un beso wapa!!

 

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